Desde
los tiempos más remotos del cristianismo se han venido celebrando con
gran fervor los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
esta religiosidad representada teatralmente en autos sacramentales y
cantada por poetas, es recogida y vivida espontáneamente en el sentir
popular por medio de vigilias, conferencias, procesiones, Abre la Semana Santa el Domingo de Ramos, con la procesión de Jesús en la borriquilla entrando en Jerusalén o de las "Palmas", transcurre la misma y en estos días preliminares salen del fondo del arca cucuruchos, faroles, tulipas, peinetas..., y de la cómoda, túnicas, cordones, mantillas y rasos; las Hermandades echan suertes de andas, turnos y mayordomos. Dice la coplilla: Martes Santo maldecía que la noche no llegaba... Avanza la semana,
las Cofradías visten los santos de sus mejores galas, alfombrando de
flores el oro viejo de sus andas, se instala el monumento con el más rico
damasco, adornado de cirios y rosas; en tanto, ha llegado el viajero
esperado, que un día emigró a la gran ciudad y hoy vuelve a sus
ancestros. Todo está a punto. Continua la coplilla ...más cuando el traidor pensaba que era miércoles el día.
Y por la noche, dentro del mayor sobrecogimiento, se canta el Vía Crucis por el recorrido procesional. Llega el Jueves Santo, con sus Oficios o Sermón del Santo Mandato, donde el oficiante rinde el máximo tributo a la humildad, lavando los pies a unos desvalidos ancianos de la localidad, y muere la tarde con el pulular de los nazarenos "Blancos", convocados a celebrar su procesión. De la creación del mundo pasados cinco mil años doscientos y treinta y tres el veinticinco de marzo Viernes
Santo, día de gran dolor. al nacer el día, la Cofradía de Nuestro Padre
Jesús Nazareno, se reúne en La parroquia permanece con sus puertas cerradas, es la una en punto de la madrugada en el reloj de la plaza, al tercer golpe de garrote sobre ellas, abre sus puertas la iglesia parroquial, apareciendo el paso del Beso de Judas, esta vez es el tambor el que resuena por tercera vez y al ronco sonido de la bocina se oyen las primeras estrofas: Escuchad con atención lo que padeció Jesús... Principian los "pasos", conmemoran el tumultuoso "Prendimiento" de El Nazareno por las masas judías en medio de gran bullicio y desorden, interpretándose por los cantores las coplillas relativas a tal prendimiento. Antes
de la madrugada la Cofradía, ataviada de cucurucho y túnica morada, oye
el Sermón de la Pasión, y en un intervalo del mismo se canta al modo
anterior la más injusta "Sentencia" que jamás se ha
pronunciado por los jueces de la tierra, donde Jesús es condenado a morir
en la Cruz. Al alba y antes de reflejarse en las piedras los primeros rayos solares, sale Jesús a la puerta, más resplandeciente y bello que nunca, es el Jefe, y principia su Pasión. Vuelve a tocar el tambor y a sonar la bocina, y a cantar el coro coplas que escenifican el encuentro con su Madre Dolorosa y "sin mirarse se hablaron"; con la Verónica "... y limpiando el rostro a Cristo, en un lienzo fue estampado", cae y vuelve a caer hasta por tercera vez, San Juan, en la plaza y desde su esquina, contempla la escena. Se inicia la procesión Beso de Judas, Jesús Nazareno, Cristo Arrodillado, Verónica, San Juan, Cristo de la Agonía, Virgen Dolorosa, y en su lento caminar, a golpes del destemplado tambor y monocorde sonido de la bocina, el coro canta: Va el estandarte del César delante tremoleando van dos cajas destempladas trompetas roncas tocando. Continua el Viernes en el más estricto ayuno y abstinencia, "hasta los pajarillos ayunan", y el martilleante sonido de la matraca llama por la tarde a los Oficios o tinieblas conmemorativas de la muerte del Señor, concluyendo el día con la procesión de los "Negros", que en interminables filas y profundo silencio llevan el Santo Sepulcro, mientras elegantes señoras y señoritas de traje negro, peineta y mantilla, acompañan a la Virgen en su triste soledad. Luciendo el sol los reflejos de las gotas de cera por donde pasaron las procesiones, con el eco aún en los oídos del redoble del tambor y toque de trompetas, amanece el Domingo entre repique de campanas, salvas, disparo de cohetes, y algún pelele colgado en mitad de la calle, ilustrado con un actual cartel picaresco, y que acabará su corta existencia pasto de las llamas entre algarabía de los chiquillos. Han acabado esos días de cera y rosas, entre tumultos de colores "Blancos", "Morados" y "Negros", saetas y cánticos; aparecen los primeros reflejos de la primavera, a la par que se dilapida el último rescoldo invernal, acaba el tiempo nazareno que fluye cada año puntual y distinto. El cielo ardiente en luces destrona a la tulipa, por cuyo cristal, resbalaban lágrimas de cera, es la fascinación de la Luz, una absoluta realidad que le da sentido a la Semana Santa de Corral de Almaguer. Y acaba la copla ....le suplico al Redentor que nos guíe y encamine a la eterna salvación.
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